domingo, septiembre 17, 2006

sábanas gris azulado

Entraron en la habitación, era una suite común... sábanas y una colcha de un gris medio azulado, cortinas haciendo juego con la colcha, un jarrón con flores y dos silloncitos individuales como espectadores de la cama. Ni bien cerraron la puerta él la estampó contra la pared, le buscó la boca y coló su mano por debajo de la remera, acariciándole la panza con toda su palma, subiendo lentamente desde la cintura hacia el seno mientras sus lenguas jugaban libremente en sus bocas. Ella le acariciaba la espalda, dibujando figuras amorfas con la yema de sus dedos... le quitó la remera, lo tomó de la mano y lo guió hacia la cama.

Ella se sentó en el borde, y él tomando sus mejillas la reclinó suavemente hasta quedar acostados, dejando caer el peso de sus cuerpos al mismo tiempo que le buscaba nuevamente los labios. Le mordió suavemente el labio inferior, y pasó al cuello, besándolo, con sus manos comenzó a levantarle la remera, ella se incorporó levemente y dejó que se la quitara por completo. Enrolló sus dedos entre algunos cabellos, mientras él bajaba con su boca desde el hombro hacia sus pechos, flanqueándolos a su vez con sus manos que venían desde la cintura. Aprisionó con sus labios primero el pezón izquierdo, mordiéndolo suavemente y jugando con su lengua; besando llegó al seno derecho, lo recorrió y fue en busca de ese otro pezón para sentir como se había endurecido. Le desabotonó el jean, ella levantó su cintura para que él pudiera quitarlo, y así lo hizo, dejando a la vista una hermosa tanguita blanca, un blanco sumiso que transmitía sensación de pureza. Acariciándole los muslos, acercó sus labios a las rodillas, y de a poco fue subiendo por la pierna realizando un suave sendero de besos, cuando llegó a la tanguita buscó el elástico, lo mordió, tiró y lo soltó produciendo un dulce golpe. Con sus dedos corrió la tanguita hacia un costado, dejando la vagina al descubierto casi por completo, con sus labios buscó el clítoris y lo presionó, luego lo beso y le dejó lugar a su lengua, degustando su intimidad, intercambiando presión y suaves lamidas fue descendiendo de a poco por aquella vagina, por esos labios rosados hasta llegar a la entrada, a la cueva, donde introdujo su lengua lamiendo aquellas paredes húmedas. Ella jugaba con sus dedos en el pelo de él, entre tanto su lengua le regalaba dulces sensaciones, pequeños escalofríos seguidos de electricidad, que la hacían arquearse y suspirar... se acarició la frente con la mano, deslizándola hacia atrás por su pelo, mientras en un acto de bendita herejía nombró a Dios entre gemidos... sentía como él con su lengua recorría su vagina, cerciorándose de que no quedara un sólo rincón sin saborear, e introducía sus dedos ávidamente... un estremecimiento la recorrió por completo, una sensación de fruición fue ascendiendo desde sus pies hacia todo su cuerpo, los dedos se le entumecieron por instantes para dar lugar a la sensación de alivio una y otra vez, contuvo su respiración y lanzó un gemido pleno. Él escuchó el gemido, y notó como empezaban a latir los labios, como el orgasmo la llenaba por completo, arqueándola, haciendo que se retuerza de placer, arrancándole gemidos y suspiros, y continuó jugando con la lengua dentro de ella, se quedó en su ardiente intimidad para saborear el fruto de su lengua y sus dedos, para empaparse en un mar de lujuria...


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cualkiera esto el flaco nunca se la coje ke onda men no podes ahcer una historia tan incompleta escribiste re cualquiera flaco dedicate a otra cosa anda a vender estampita a los trenes

Tenshi dijo...

Son muy pocas las personas que leen este blog... y me animaría a decir que las conozco a todas... por qué esconderte en un "anónimo"?

En cuanto a lo que decís, la mayoría de los relatos eróticos (todos?) le dan mayor importancia al orgasmo masculino... incluso varios le dedican menos de un renglón al orgasmo femenino, o directamente ni lo mencionan. Quise hacer algo distinto, me pareció interesante hacerlo de esta forma.

Gracias por tu comentario, saludos.

Anónimo dijo...

La historia está buena. No es de las comunes donde los varones terminamos salpicándole la cara con la leche a la mina...

A mí no me gustó "Un capitán de quince años" de Jules Verne y jamás se me hubiese ocurrido mandarlo a vender estampitas...

Si no te gustó, está perfecto, pero no deja de ser sólo TU opinión.

A mí la cumbia no me gusta, pero no quiere decir que sean malos los intérpretes, porque yo no canto ni en la ducha...

Saludos!

Anónimo dijo...

me encanto, es hermoso encontrar algo como esto entre tanta porqueria melancolica. espero q escribas mas como este

muak

angel azul dijo...

que erotismo en estas lineas...

te hace suponer muchas situaciones por las cuales estan ahi, difrutando de ese momento...

nos seguiremos viendo por aki...

Alejandra Osorio dijo...

Me fascino tu texto, derrama pasión y sentimiento, lo describes de una forma tan bella y a la vez apasionada. me cautivaste por completo. Debería haber mas gente como tu, escribiendo cosas que son realmente ARTE. ^^ sigue escribiendo