lunes, septiembre 25, 2006

Marionettes



A veces me siento como una simple marioneta, atado por finos hilos a los caprichos de una mano llamada destino... y es una sensación horrible, el sentirse atado, ver como esos hilos te roban la libertad... y quisiera poder romperlos, poder tirar con toda mi voluntad hasta que cedan y se corten... pero no puedo, y me quedo así, atado, con sabor a impotencia en mi boca, ligado a un cruento juego dirigido por la ironía de la casualidad y la soberbia de la rutina; juego en el cual no cumplo mayor rol que el de un mísero juguete.

Y a veces siento que el destino se ensaña conmigo, que me muestra espejismos, pequeños atisbos de felicidad como oasis en un desierto... y yo creo en esos espejismos, los veo reales, y lucho por alcanzarlos... pero a medida que me acerco se empiezan a esfumar... y me doy cuenta que simplemente es el destino jugando conmigo una vez más, moviendo los hilos impunemente y disfrutando con mis desilusiones; un juego sádico por cierto, pero juego al fin.

Pero hay veces que el destino se olvida de mi... a veces siento que ya no juega conmigo, que no pasa nada... y no hay desilusiones, pero tampoco está la esperanza que me dan los espejismos; no sé si el destino estará descansando, si estará jugando con otra marioneta o si simplemente se aburrió de mi... no sé que será, pero conmigo no juega; y es mucho más desesperante que cuando juega, la sensación de sentirse olvidado, de estar colgando de hilos estáticos, sin perseguir algún sueño, sin alguna ilusión a la cual aferrarse... es algo realmente angustiante. Y nuevamente me invaden las ganas de cortar esos hilos, de soltarme y terminar con el juego... pero me da miedo... y si el destino tenía planeado hacerme jugar junto a otra marioneta?... si esta vez el destino había decidido regalarme un espejismo que termine siendo real?... y si justamente me dejó un momento quieto porque fue a buscar la otra marioneta?.

Creo que el concepto de marioneta puede resultar muy absolutista, porque si bien siempre estamos atados, somos capaces de tomar decisiones... y uno toma decisiones, elige; pero siempre dentro de las posibilidades que el juego nos permite. Vamos a casos extremos: yo quisiera elegir ganarme la lotería, pero lo que el destino me permite, es elegir jugar a la lotería, comprarme un billete... ganarla o no, es decisión del titiritero; o también, yo quisiera estar junto al amor de mi vida, estar junto a esa persona que me complemente... pero, conocerla o no, no es algo que yo pueda decidir... nuevamente, es decisión del titiritero, es decisión de esa mano que mueve nuestros hilos ponernos en un mismo lugar y en el mismo momento para que nos conozcamos.

La posibilidad de cortar los hilos está presente en todo momento, uno puede decidir terminar con el juego... el problema es que, no hay vuelta atrás... me pregunto si hay personas que sean capaces de cortar hilos, pero sin caer interfectos... que sean capaces de cortar no solamente sus hilos, sino también los nuestros. Me pregunto si en algún lugar hay personas que sean capaces de liberarnos, como si fueran pequeños paladines de las tijeras, o algo así... una especie de Morfeo que te ofrezca soltarte del destino. Creo que no... creo que, lo que sí hay, son personas capaces de hacer ese juego más llevadero; hacer de esos movimientos que el destino nos obliga a realizar algo soportable, sin importar su brusquedad. Incluso creo que, ahí fuera, en algún lugar, hay alguien capaz de lograr que llegue a divertirme en este juego, que llegue a disfrutar el hecho de ser una marioneta... pero que conozca a esa otra marioneta o no, es decisión del titiritero.


miércoles, septiembre 20, 2006

de amistades y salvavidas

Creo que en toda amistad, hay un momento en el que se produce un punto de inflexión... y es cuando, por primera vez, vemos a esa persona quebrarse... es un punto en el que cambia la forma en que vemos y queremos a esa persona, lo vemos tal cual, con todas sus miserias. Cuando ese amigo se quiebra en nuestros brazos, cambian muchas cosas... es un verdadero momento de mierda, en el que vemos a esa persona totalmente destruida, con sus brazos vencidos, con sus penas a flor de piel, completamente vulnerable... y ahí estamos, intentando contenerlo, intentando ser un pequeño salvavidas al cual pueda aferrarse en ese mar de desilusiones, fracasos y traiciones... y acá es donde nace la verdadera amistad, acá es donde el "te quiero como un amigo" pasa a "te amo como un amigo"... yo tengo muchos amigos, y a todos los quiero... pero a muy pocos los amo.

Generalmente intuimos cuando este tipo de momentos están por llegar... generalmente vemos como de a poco ese amigo va perdiendo fuerzas, va perdiendo la voluntad de continuar... y a veces le damos la espalda antes de que él o ella caiga del todo, para evitar tener que ser un salvavidas... y no es que lo hagamos de malos, no es que seamos sádicos y disfrutemos con su sufrimiento... simplemente tal vez no tengamos un lazo afectivo lo suficientemente fuerte y consideremos que no somos nosotros los que debamos estar... o tal vez nosotros también estemos pegando manotazos en un mar de dolor, intentando mantenernos a flote, alcanzando apenas volver a la superficie cada vez que una ola nueva nos rompe encima y nos hunde; y si además tenemos que cargar con su peso vamos a terminar hundiéndonos los dos, así que decidimos dejarlo a la deriva, que intente llegar a otro salvavidas con sus últimos manotazos. Pero a veces no le damos la espalda, y ponemos nuestro hombro, intentamos que sufra lo menos posible y que se recupere pronto, nos esforzamos para ser un salvavidas fuerte, resistente, un salvavidas que sea capaz de mantenerlo a flote hasta que pueda volver a nadar, hasta que ese mar de angustia se transforme en un simple charco.

A veces este tipo de momentos llegan de golpe... a veces caen a nuestra puerta cubiertos por lágrimas... y sorprendidos le abrimos, preguntando que pasó... y lo escuchamos... intentamos aconsejarlo... y nuevamente se abren las dos posibilidades... nuevamente podemos intentar ser su salvavidas, ser un pequeño dejo de esperanza al cual pueda aferrarse con sus brazos cansados... o no, cerrar la puerta cuando salga, y no buscarlo, dejar que ese amigo se marche y se lleve sus problemas.

Cuando es la primera vez que vemos a un amigo quebrarse, tenemos que tomar esa decisión, por más que no nos guste... no hay forma de esquivarla, ni mucho tiempo para meditarla... es algo que sale de nosotros, de hecho creo que ni siquiera lo analizamos, simplemente hacemos lo que sentimos... o lo dejamos ahí, ahogándose, o nos tiramos de cabeza y nos empapamos junto a él. Y aquí es donde se produce el gran cambio en la amistad, o los lazos se fortalecen de una manera increíble, o ambos nos damos cuenta que esa amistad nunca será algo grandioso.

Varias veces fui un salvavidas... y varias veces decidí no serlo... tengo un amigo, que se llama Sergio, y la verdad nunca lo veo... pero lo amo; fue compañero mío del secundario, nos hicimos amigos, y siempre lo quise... el tiempo y el destino hizo que nos alejáramos, en un momento yo sentí que él iba a necesitar un salvavidas... y yo no fui uno... no me tiré de cabeza a su mar para ayudarlo. Irónicamente, un día yo necesité un salvavidas, fue un instante, pero necesitaba uno, el agua me había tapado y no podía mantenerme a flote solamente con mis brazos... y él lo fue... él fue mucho más amigo de lo que yo había sido. La vida nos había separado, y lógicamente, cuando pude nadar de nuevo, nuestros caminos volvieron a separarse... durante mucho tiempo no volví a verlo... me enteré que había sido Padre cuando un día lo vi con su hijo, éste ya caminaba y hablaba... y desde entonces no volví a verlo... si los cálculos no me fallan, su hijo ahora debe ir al jardín. Saber que yo no estuve, y que él estuvo, es uno de los pesos que llevo... saber que probablemente después de que él estuvo, necesitó salvavidas, y que nuevamente yo no estuve, es uno de esos adoquines que cargaré sobre mis hombros hasta que mi corazón deje de latir. Tal vez algún día tenga la posibilidad de ser su salvavidas, y tal vez... sólo tal vez... logre hacerlo bien... y tal vez, si logro hacerlo bien, si logro ser el que lo mantiene a flote... eso haga que mi adoquín sea más liviano... tal vez... tal vez no... no lo sé... pero no pido por eso... no pido por que mi adoquín sea más liviano... lo que pido, lo que deseo de todo corazón, es que sea feliz, que necesite muy poquitos salvavidas durante su vida, y que en los momentos que esté ahogándose encuentre salvavidas que lo mantengan a flote, amigos que sean lo que yo no le pude ser.


  • Imagen: Desconozco el autor, busqué salvavidas en google images y encontré esto

lunes, septiembre 18, 2006

cuando cantan a tu ventana


Esa mañana la despertó su canto... dormía normalmente, como de costumbre; pero su despertar fue distinto, esa mañana un ruiseñor se había posado sobre una ramita que daba a la ventana de su cuarto. Se sintió bien, despertar con el dulce canto de ese pequeño pajarito le trajo tranquilidad, una sensación de bienestar que la hizo sonreír. A la mañana siguiente ocurrió lo mismo, el ruiseñor volvió a posarse sobre la ramita y cantó alegremente... y así a la otra mañana, y a la otra... un día ella decidió dormir con su ventana abierta, para apreciar mejor el canto; y así ocurrió, esa mañana el placer de su despertar fue un poco más intenso, al caer la noche dejó nuevamente su ventana abierta, la abrió de par en par para no volver a cerrarla. Durante un tiempo el ruiseñor siguió posándose en la ramita, pero una mañana se posó en el marco de la ventana y desde allí le cantó... esa mañana ella sintió plena felicidad, escuchando y viendo al ruiseñor, esa hermosa ave que había elegido su ventana, que la había elegido a ella como única anfitriona de su cantar.

Todas las mañanas ella despertaba y era feliz, era feliz escuchando y viendo al ruiseñor, disfrutaba de su compañía; y empezó a sentir que ese hermoso pajarito era suyo, que el ruiseñor le pertenecía; y de a poco el temor la fue invadiendo, tuvo miedo de despertar una mañana y que el ruiseñor no este más, que haya encontrado otra ventana a la cual cantar... no quería perder al ruiseñor, no podía concebir la idea de que fuera otra la persona que disfrutara de su canto, y ese temor se fue apoderando de ella, hasta que un día decidió comprar una jaula... armó una trampa y a la mañana siguiente el ruiseñor quedó encerrado.

Al principio ella fue feliz, seguía despertando cada día con el canto del ruiseñor, y ya no tenía miedo de abrir sus ojos una mañana y encontrarse sola... pero de a poco la magia se fue perdiendo, de a poco el hermoso canto del ruiseñor se fue apagando, la alegría se fue convirtiendo en melancolía; el pequeño pajarito ya no era libre, ya no podía volar, ya no podía elegir esa ventana entre tantas otras; y ella dejó de sentirse especial, dejó de sentirse única, dejó de sentir la satisfacción que le producía la certeza de saber que el ruiseñor la prefería a ella...

A veces hay personas que valoran ese canto por sus sonidos y nada más... yo considero que la magia está en que además de escucharlo sepamos que él o ella nos elige a notros, esa libertad es lo que hace de ese dulce canto algo realmente especial, y a su vez nos hace sentir especiales a nosotros; el hecho de saber que es libre de ir a cantar a otras ventanas, y que día a día elige la nuestra. Tener a alguien que te cante es hermoso, pero saber que ese alguien te canta a vos porque te elige es doblemente hermoso, es la certeza de que te prefiere, es amarlo y sentirse amado.



domingo, septiembre 17, 2006

sábanas gris azulado

Entraron en la habitación, era una suite común... sábanas y una colcha de un gris medio azulado, cortinas haciendo juego con la colcha, un jarrón con flores y dos silloncitos individuales como espectadores de la cama. Ni bien cerraron la puerta él la estampó contra la pared, le buscó la boca y coló su mano por debajo de la remera, acariciándole la panza con toda su palma, subiendo lentamente desde la cintura hacia el seno mientras sus lenguas jugaban libremente en sus bocas. Ella le acariciaba la espalda, dibujando figuras amorfas con la yema de sus dedos... le quitó la remera, lo tomó de la mano y lo guió hacia la cama.

Ella se sentó en el borde, y él tomando sus mejillas la reclinó suavemente hasta quedar acostados, dejando caer el peso de sus cuerpos al mismo tiempo que le buscaba nuevamente los labios. Le mordió suavemente el labio inferior, y pasó al cuello, besándolo, con sus manos comenzó a levantarle la remera, ella se incorporó levemente y dejó que se la quitara por completo. Enrolló sus dedos entre algunos cabellos, mientras él bajaba con su boca desde el hombro hacia sus pechos, flanqueándolos a su vez con sus manos que venían desde la cintura. Aprisionó con sus labios primero el pezón izquierdo, mordiéndolo suavemente y jugando con su lengua; besando llegó al seno derecho, lo recorrió y fue en busca de ese otro pezón para sentir como se había endurecido. Le desabotonó el jean, ella levantó su cintura para que él pudiera quitarlo, y así lo hizo, dejando a la vista una hermosa tanguita blanca, un blanco sumiso que transmitía sensación de pureza. Acariciándole los muslos, acercó sus labios a las rodillas, y de a poco fue subiendo por la pierna realizando un suave sendero de besos, cuando llegó a la tanguita buscó el elástico, lo mordió, tiró y lo soltó produciendo un dulce golpe. Con sus dedos corrió la tanguita hacia un costado, dejando la vagina al descubierto casi por completo, con sus labios buscó el clítoris y lo presionó, luego lo beso y le dejó lugar a su lengua, degustando su intimidad, intercambiando presión y suaves lamidas fue descendiendo de a poco por aquella vagina, por esos labios rosados hasta llegar a la entrada, a la cueva, donde introdujo su lengua lamiendo aquellas paredes húmedas. Ella jugaba con sus dedos en el pelo de él, entre tanto su lengua le regalaba dulces sensaciones, pequeños escalofríos seguidos de electricidad, que la hacían arquearse y suspirar... se acarició la frente con la mano, deslizándola hacia atrás por su pelo, mientras en un acto de bendita herejía nombró a Dios entre gemidos... sentía como él con su lengua recorría su vagina, cerciorándose de que no quedara un sólo rincón sin saborear, e introducía sus dedos ávidamente... un estremecimiento la recorrió por completo, una sensación de fruición fue ascendiendo desde sus pies hacia todo su cuerpo, los dedos se le entumecieron por instantes para dar lugar a la sensación de alivio una y otra vez, contuvo su respiración y lanzó un gemido pleno. Él escuchó el gemido, y notó como empezaban a latir los labios, como el orgasmo la llenaba por completo, arqueándola, haciendo que se retuerza de placer, arrancándole gemidos y suspiros, y continuó jugando con la lengua dentro de ella, se quedó en su ardiente intimidad para saborear el fruto de su lengua y sus dedos, para empaparse en un mar de lujuria...


jueves, septiembre 14, 2006

Krystal Dreams

Creo que guardamos nuestros sueños, nuestras ilusiones, en pequeñas esferas de cristal... trasparentes, puras... esferas realmente bellas, que tienen la capacidad de flotar en el aire... y cuando varias de estas hermosas pompas de cristal con nuestros sueños dentro flotan a nuestro alrededor pueden hacernos flotar a nosotros también, arrebatarnos el piso y dejar nuestros pies libres; elevándonos hasta un mundo de ensueño, donde no llega el dolor, donde la rutina no es sádica... una quimera donde no somos afectados por el resto del mundo, es como si nosotros estuviéramos planeando envueltos en sueños viendo desde allí arriba lo que sucede, como simples espectadores; la magia de estar así es que esa quimera es cercana a la realidad, y prácticamente nada nos puede afectar.

Lo malo, o el problema, radica en que; cuando estamos así, inmersos en nuestras fábulas, nos embriagamos de felicidad y creemos que definitivamente ya nada puede afectarnos; pecamos confiando en que esas pequeñas esferas son invulnerables y serán capaces de resistir hasta que la ilusión que llevan dentro se transforme en realidad; ignoramos por completo su verdadera fragilidad, no nos queremos percatar de que el cristal de esas esferas es muy fino, deleznable, como el de una lamparita... y que ante un golpe pueden estallar, lastimándonos con los pedazos de cristal roto que vuelan con la onda expansiva y dejando que nuestra ilusión se esfume en el aire como el anillo que algunos forman con el humo del cigarrillo.

También está el hecho de que al alimentar una ilusión, la esfera que la alberga debe contener una mayor presión, y crece, tal como un simple globo cuando utilizamos nuestro aliento para inflarlo... y cuanto más grande es ese sueño mayor es la esfera, y mayor es la cantidad de cristales rotos que vuelan por los aires con el estallido, llegando a golpear otras esferas que se encontraban cerca, resquebrajándolas y haciendo que también estallen... y a veces no podemos contener la explosión en cadena, y nos angustiamos viendo como nuestros sueños se pierden entre nubes, viendo como pedazos de cristal se nos clavan lastimándonos, pero no hay sangre, porque no es nuestro cuerpo el que se lastima, es nuestra alma... y cada vez estallan más esferas, y cada vez estamos más lastimados, y llega un momento en que las poquitas esferas que quedan ya no son capaces de mantenernos en esa dulce levitación, y caemos... caemos y nos estrellamos contra el piso... y si alguna esfera había sobrevivido y aún albergaba un sueño, es probable que caiga a nuestra par y quede hecha añicos. Y ahí terminamos, en el suelo, estampados contra la realidad; doloridos por semejante golpe, llenos de heridas producidas por pedazos de cristal y con todos nuestros sueños evaporados.

Hay personas que no quieren volar, que se cuidan de mantener poquitas esferas flotando a su alrededor y no despegar los pies del piso... esas personas no corren el riesgo de caer, no conocen la sensación de vacío que se produce en nuestro interior cuando caemos, la desesperación de ver como empiezan a estallar burbujas y saber que una caída es inminente... pero tampoco conocen la sensación de flotar junto a esos sueños, de dejarlos volar libres y conocer los lugares a los que quieran llevarnos, de abandonar la seguridad del suelo y llegar a donde nadie ha llegado.

Tal vez el secreto para no terminar precipitándote este en encontrar una persona con la cual volar, alguien que te acompañe y disfrute junto a vos esos maravillosos sueños, tal vez a las esferas de cristal no les alcance con el amor de una sola persona para mantenerse íntegras... tal vez el secreto está en cuidar esas ilusiones entre dos... en armar ilusiones juntos y volar jugando entre las nubes; viendo como de a poco algunos de esos sueños se van convirtiendo en realidad, y deleitarnos observando como esa burbuja de cristal se transforma en algo más bello aún mediante una metamorfosis fastuosa.

miércoles, septiembre 13, 2006

Bienvenidos!

Este blog nace a partir de que uno de mis refugios son las letras... ya sea escribiendo algo o leyendo algo. Últimamente no estoy pasando por buenos momentos, varias cosas vienen decayendo en mi vida, es como un dominó que empezó hace tiempo, una fichita te va volteando a otra, y así sucesivamente hasta que solamente te quedan unas pocas fichitas en pie, a las que uno intenta aferrarse convirtiéndolas en pequeños pilares que sostienen nuestra felicidad. Los problemas de encontrase en esta situación son varios... primero que uno quiere sostener todo con esos pequeños pilarcitos y los sobrecarga, le pone cosas encima que no deberían estar ahí... segundo, en caso de aparecer un nuevo pilarcito, uno no logra medir bien que poner sobre el, y puede terminar aplastándolo incluso antes de que logre estar en pie del todo... y tercero, es que al ser poquitos y estar sobrecargados, cada fichita de dominó que cae hace un gran estruendo, mucho mayor del que "normalmente" haría. Probablemente podría seguir enumerando "contras" o "consecuencias", pero estas tres me han pasado recientemente... he sobrecargado fichitas que estaban en pie desde hace tiempo, de las cuales lógicamente algunas no resistieron y terminaron por caer, y que seguramente me costará mucho volver a levantar... he encontrado una nueva fichita, y he puesto en ella cosas que no correspondían, haciendo que caiga cuando no debería haber caído, y sintiendo un verdadero estremecimiento bajo mis pies por su caída cuando no debería haber pasado de un pequeño "plaf".

Uno de los "lugares" en donde busco refugio cuando estoy así, con pocas fichitas del dominó en pie y viendo como se van desplomando, son los textos, ya sea leyendo o escribiendo... es como un pequeño claro en la tempestad que me trae tranquilidad, que me desconecta y me aleja de todo esto, un pequeño rincón en el cual pensar no duele; escribir esto por ejemplo, me trae una sensación de alivio y me hace ver las cosas con más claridad. Y por qué hacer un blog?... no hay un motivo principal, son varios, y con el tiempo seguramente iré hablando sobre ellos... para nombrar alguno ahora, digamos que una de las "fichitas" en las que más me estoy apoyando, una amiga, me lo pidió, me dijo que le gustaba mucho leerme y quería que me armara un blog; y por otro lado hay un blog que leo hace tiempo, y parte de mi inspiración para armar uno y compartir mis textos nacieron ahí, pero ya hablaré más sobre ese blog y todo lo que produjo. Y por qué "krystal dreams"?... bueh, me gusta como suena y lo que transmite (crystal dreams, pero por cuestiones de disponibilidad mutó a krystal)... en fin: Bienvenidos!

martes, septiembre 12, 2006

El sexo y el amor

El amor... varias veces intenté analizarlo, escribir sobre él, volcar en palabras ese grupo de sensaciones, esos sentimientos que producen revoluciones en nuestro interior y en los demás... pero nunca logré quedar conforme, siempre me pareció incompleto todo lo que pudiera escribir sobre él... a veces es simple, pero otras veces es tan complejo que considero tarea imposible elaborar algo abarcando todos sus aspectos e incidencias. Ahora sobre lo que quiero reflexionar un poquito es sobre el sexo y el amor.

El sexo... el sexo es el mayor placer del que he disfrutado en mi vida; y acá quiero aclarar algo, cuando me refiero a sexo abarco todo lo que está relacionado con él, ya sea la masturbación, un polvo con una persona que acabamos de conocer, una buen garche con una persona conocida/amiga, hacer el amor con esa personita especial, estar en una orgía, lo que sea, cuando me refiero a sexo abarco todo.

Es común utilizar el concepto de "sexo sin amor" para referirse a un polvo, me curti a tal, me garche a tal otro/a... y mi intención en estas líneas es reflexionar un poquito hasta que punto es "sin amor"... carece completamente de amor ese momento de placer?. Si hablamos de sexo entre dos personas, una de ellas vamos a ser nosotros, y ahí está nuestro cuerpo, está nuestro Ser, al cual amamos... creo que esto es así; si dos personas mantienen relaciones sexuales, aunque ninguna de ellas ame al otro, se ama a si mismo, ama su propio cuerpo, y justamente estamos hablando de disfrutar nuestro cuerpo y las sensaciones que se produzcan en él; mejor dicho, no sólo eso, estamos hablando de disfrutar de nuestro cuerpo y del cuerpo de la otra persona, y permitir que la otra persona disfrute de su cuerpo y de nuestro cuerpo... es compartir un momento de goce, es dejar que nuestro cuerpo se deleite y se entregue por completo hasta culminar por arrebatarnos los sentidos y llenarnos plenamente de satisfacción con el (o los) orgasmo(s).

Ahora bien, cuando además del amor por nosotros mismos existe amor por la otra persona, el placer que nos brinda el sexo es mucho más intenso, porque no sólo estamos compartiendo nuestros cuerpos sino que estamos compartiendo nuestras almas... estamos entregándonos por completo al sexo; estamos disfrutando del cuerpo de nuestro ser amado, de su persona, de su esencia, de su amor... y además estamos complaciendo a la persona que amamos, lo cual también nos llena de satisfacción... esto es hacer el amor, entregarnos al placer junto a la persona que amamos, compartirnos por completo, compartirnos en cuerpo y alma.

Sin duda alguna, todos tienen en claro la diferencia entre "garchar" y "hacer el amor"... pero a lo que apuntaba es, cuando nos referimos al concepto de "sexo sin amor"; somos realmente concientes de que solamente no hay amor por la otra persona pero sí por nosotros mismos?... es algo que se da por sobreentendido?... yo creo que no, creo que generalmente cuando uno se refiere a esto involuntariamente considera que no hay amor. No es mi intención cambiar dicha expresión, ni que de ahora en más aclaremos que nos referimos al "sexo sin amor por el otro pero si por nosotros mismos"; sino más bien realizar una pequeña reflexión, y preguntarme (o preguntarles) "por qué es así?"... será que generalmente no tenemos presente el amor por nosotros mismos?... que el concepto de amar nuestro Ser está "desvalorizado"?



lunes, septiembre 11, 2006

Día del maestro!

Técnicamente, hoy, 11 de Septiembre, es el día del maestro, pero no del profesor... por lo cual, todos/as nuestros profesores/as de secundaria/polimodal quedarían fuera... pero, quería hablar sobre esa personita dedicada a la docencia que en algún momento de mi vida fue especial... que en su rutina diaria de tutor me fue cautivando, esa profesora de la cual en cierta forma me fui enamorando...

Fue en el primer año del colegio secundario... allá por 1995, entrando en un mundo totalmente nuevo, conocí a mi profesora de matemáticas... una joven de unos 25 años, rubia, petisita, que generalmente iba con una camisa blanca y una pollera... no recuerdo exactamente en que momento empecé a verla de forma especial, supongo que fue algo paulatino, a medida que fue avanzando el ciclo lectivo. Yo fui a una escuela técnica, y como sabrán, o por lo menos intuirán, en los colegios industriales al haber escasez de mujeres, cualquier fémina es mirada con cariño... o tal vez más que con cariño con deseo; digamos que prácticamente cualquier agujero viene bien... pero... la belleza de mis sentimientos en aquel momento hacia ella, eran que iban más allá... y esto es lo que hoy día me deja un sabor a melancolía dulce en la boca cada vez que la recuerdo: el hecho de que fuera mucho más que mirarle la cola cuando se daba vuelta para escribir algo en el pizarrón. Era quererla, era ir descubriendo de a poco la persona que se escondía detrás de una actitud distante, de esa barrera que intentan poner todos los docentes, y el ir construyendo una escalerita de fósforos quemados para poder sortear esa pared de indiferencia... eran momentos de soñar fábulas y colorearlas con las tizas que ella utilizaba para diferenciar la hipotenusa del cateto opuesto... ir a preguntar cosas que ya había entendido, y ponerme feliz cuando vislumbraba su hermosa sonrisa, producida por el pensamiento de que gracias a esas explicaciones yo había entendido... era el respeto hacía ella en los momentos que no estaba, el no decir nunca "esa vieja de matemáticas" a sus espaldas, incluso haberla defendido en ocasiones resaltando aspectos positivos, y haber callado tantas otras veces dejando que se burlaran o la criticaran por miedo a que mis compañeros se dieran cuenta de mis sentimientos... era sospechar que al flaquito de dos filas más allá le pasaba lo mismo, y ponerme celoso cada vez que él se acercaba para preguntarle algo... era mucho más que el típico "cómo le doy a la de matemáticas!" de los recreos... era preferirla a ella antes que a la de informática, por más que la otra tuviera un cuerpo mejor... la de informática... es verdad, tenía mejor cuerpo, iba con unos jeans apretados que le remarcaban la cola en forma sublime, pero nunca pasó de un "dedicarle una"... en cambio con la de matemáticas era distinto, era quedarme en una cama soñando despierto una vida paralela, similar, pero con ella... no recuerdo las poses que hacía con la de informática, pero en cierta forma recuerdo las "vivencias" que tenía en mis fantasías con mi profe de matemáticas, o por lo menos, cada vez que pienso en ella una sensación de tranquilidad invade mi cuerpo, el dejo de un amor platónico que nunca fue vulnerado, que de a poco se fue durmiendo en mi interior, sentimientos e ilusiones que nunca fueron resquebrajados por la frustración, simplemente se fueron acurrucando en algún rinconcito para dar lugar a otras mujeres... en fin, hoy me acordé de ella, y me trajo alivio.

Waiting...

Esto es algo que escribí hace tiempo, no sé bien por que lo elijo como "primer entrada"... pero en fin, lo leí y empecé a modificarlo, a retocarlo un poco... pero deshice todos los cambios y decidí que sea tal cual me salió aquella vez, creo que vale más así.


Estaba nervioso, abrió el grifo y con sus manos temblorosas refrescó su rostro, se miró en el espejo, estaba blanco, tenía miedo, "ella va a venir hoy" pensó, "apuesto mi vida a ello" y esbozó una sonrisa irónica, cerró la canilla, se puso un poquito de perfume en las manos y se palmeó los cachetes. Ya la había esperado en otras ocasiones y siempre lo había dejado plantado... pero esta vez estaba seguro de que vendría. Miró por la ventana y se sintió cansado, sus recuerdos empezaron a reflejarse en el vidrio, un niño con sus padres y una ciudad gris, un amigo corriendo y una mujer con un vestido blanco caminando hacia él.

Se recostó y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, respiró hondo y se dijo "calmate viejo, ella va a ser tierna"; cerró los ojos y apareció el rostro de su hija, hacía dos meses que no la veía, desde el estómago le subieron ganas de verla una vez más, de acariciarle el rostro, de pedirle disculpas por todos los errores, de agradecerle por esos dos nietos hermosos, esa pequeña llama de fuerza que se estaba produciendo en él por las ganas de verla se apagó con la melancolía de sentirse abandonado, "es lo mejor para vos" le había dicho, si bien no entendía como podía estar mejor entre extraños que con su familia, no dijo nada y asintió, no le gustaba sentirse un estorbo... de pronto un olor a tierra húmeda invadió la habitación, el temor le produjo dolor en todos sus huesos y su mente su puso en blanco, sintió una mano fría tocándole la frente, "ya está aquí" pensó, no se animó a abrir los ojos para verla; de la blancura de su mente apareció su esposa, tenía el vestido que le había regalado en aquella navidad, ella lo acarició y le dijo "te estaba esperando mi amor, ya no vas a estar más solo"...