viernes, marzo 27, 2009

run


Todos corren… pasan a mi lado, parecen desesperados. Todos corren, no sé por que, no sé como llegué aquí, pero todos corren… todos corren y debe ser por algo pienso, así comienzo a correr hacia donde ellos van.

Todos corren… ahora soy uno más, todos corremos. Le pregunto a un hombre de saco gris por qué corremos; me explica que delante hay dinero. Dinero… ¿será eso? ¿todos correrán por el dinero?... si hay dinero, genial! así que trato de correr más rápido, yo también quiero dinero. Corremos, todos corremos, ahora entiendo por que parecemos desesperados. Alcanzo a una señora que va al trote; me intriga, ¿estará cansada? ¿no querrá dinero? ¿sabrá "algo"? Tal vez haya dinero para todos! Disminuyo mi velocidad para andar a su lado y le pregunto si sabe cuanto dinero hay. Ella me responde que no sabe, a ella no le interesa el dinero, corre porque le dijeron que así llegaba al cielo. Quedo algo desconcertado, ¿por qué corro yo? ¿por dinero? ¿para ir al cielo? ¿para ir al cielo con dinero?... no lo sé, pero corro, no sea cosa que llegue tarde! A ver si termino en el infierno y pobre.

Todos corremos… aunque no sé bien por que; pero todos corremos. Veo una joven, es linda, corre a buen ritmo, va unos metros delante; cuando pienso en alcanzarla para hablarle, algo traba mis pies por detrás; me caigo, ruedo y quedo tendido boca abajo; levanto al vista y veo como se ríe un hombre de traje y corbata que lleva un maletín negro. Me siento, tengo el brazo izquierdo lastimado, varios raspones y me duele el golpe… levanto la vista nuevamente pero ya no lo veo; hay mucha gente, me tapan la visión… todos corren. Alguien para a mi lado y me tiende una mano, me ayuda a levantarme. Empezamos a correr nuevamente, un poco más lento de lo que corría antes porque me duele el cuerpo, pero corremos, todos corremos. Le pregunto por que corre, si por el dinero o por el cielo. Me responde que no hay nada de eso, el cielo no existe y al dinero ya se lo llevaron los primeros; él corre porque hace tiempo se enamoró de una chica, que ahora va delante nuestro y quiere alcanzarla. Mejoramos nuestro ritmo, ya corremos a una velocidad promedio; algunos nos pasan, pasamos a otros. Me pregunto si será verdad que no hay cielo, me pregunto si será verdad que ya no queda dinero.

Todos corremos… paso cerca de un hombre canoso, le calculo unos sesenta años; tiene apariencia amigable y de hombre sabio. Me pongo a su lado, y le pregunto por que corre. Me responde que corre porque hay que hacerlo; toda su vida lo hizo, no sabe mucho sobre el cielo y ya perdió las esperanzas sobre el dinero… pero igual sigue corriendo, porque hay que correr; si todos corren hay que correr. Me parece bien, es verdad, hay que correr como todos; además, no es cuestión de tirar por la borda el esfuerzo hecho.

Todos corremos… no importa el motivo, todos corremos. Para mi sorpresa, encuentro una pareja caminando al borde del sendero; parecen ajenos a la carrera, van tranquilos, mirando el paisaje y tomados de la mano. Les pregunto que hacen, por que no corren. Me responden que no hay sentido en correr, esto es un paseo y lo mejor es disfrutarlo. Me dicen que nosotros, los que corremos, estamos andando en círculos; que nunca llegaremos a ningún lado y no hay nada más allá del camino. En eso me alcanza el hombre del saco gris, y me dice que no pare; corre querido corre, corre que más adelante hay felicidad, corre, no pares, no le hagas caso a ésos dos, son inadaptados sociales… corre, corre que el tiempo se acaba. Entonces corro, dejo la pareja atrás, corro… corremos, todos corremos… aunque no sé para que ni hasta donde, pero todos corremos.


sábado, enero 17, 2009

Quién dijo que los sueños no se cumplen?



Ocultándonos de la realidad bajo las sombras de esta ilusión, que fuimos construyendo sin cláusulas ni brújulas, nos tomamos esos preciados minutos para suspirar envueltos en velos de quimeras y deseos… entonces, en una caricia sin piel me preguntaste "¿Quién dijo que los sueños no se cumplen?"

Los sueños, mi amor, a veces se cumplen, a veces no… pero algunos sueños son tan grandes y maravillosos, que al envolver la realidad transforman la vida en fábula, y sus protagonistas viven en un mundo de fantasías reales y realidades fantásticas. No sé si nuestros sueños se cumplirán, si nos abrazarán para llevarnos volando a ese otro mundo… o si quedarán recluidos en nuestros recuerdos, y tendremos que cerrar nuestros ojos en las noches de soledad cada tanto, para traerlos en sepia y evitar así que sean devorados por el cruel olvido.

Lo que sí sé; es que mis labios desean con furor descubrir tu cuerpo, para redescubrirlo cada vez que mis caricias lo oculten, y que mi piel arde en la ilusión de tu presencia.