martes, septiembre 20, 2011

Semejanza


Un cardo creció en un pequeño lote baldío aprovechando la ausencia de un jardinero que cercenara su vida, y ahora al sentir los primeros días primaverales que anticipan la migración del frío invernal, se apresura a florecer esperanzado de que algún enamorado lo elija para simbolizar sus sentimientos.

Rodeado por algunas caléndulas perezosas que por dejadez no cumplieron su ciclo, pequeñas margaritas acomplejadas por su vulgaridad y algunas petunias que aguardan temerosas una posible última helada; estalla en colores violáceos intrépidamente, adelantándose a sus contrincantes vecinas.

Pero ningún amate le escogerá… perezosos ante la ardua tarea de quitar espinas, y temerosos ante la idea de que su amada considere el obsequio ordinario, optarán por petunias, caléndulas y hasta margaritas… ignorando lo maravillosa que puede ser la flor de un cardo.


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