viernes, octubre 26, 2007

En realidad no soy tu padre, soy tu madre

Este cuento lo escribí hace poco más de 2 años (el 08-09-2005); fue para un juego que consistía en decir una frase y luego armar pequeñas historias que contengan esa frase. Había quedado completamente en el olvido, de hecho no recordaba ni el juego ni la historia... hoy buscando otra cosa me crucé con el thread, y vi que esta historia la hice a partir de una frase que tiró YUBle (the Neverlanding flies)... y por una especie de razones obvias que uno no entiende del todo ni puede explicar, me surgieron ganas de tener todo esto en el blog.

  • Originally Posted by YUBle:
Ok, se vá la segunda. Por esta semana los cuentos van a tener que contener la siguiente frase:

"En realidad no soy tu padre, soy tu madre"

Good luck, esmérence


Tenía mucho frío y estaba completamente desorientado, entre la neblina espesa divisó un cuerpo, se dirigió hacia él y preguntó, "está por allá" le respondió el lugareño señalando hacia allá. A medida que avanzaba sentía más el frío, había dejado de sentir sus dedos hace un par de horas, y en sus pies las hormiguitas se iban quedando dormidas de a poco. Por fin ante él se impuso, con su cumbre perdida entre las nubes y su ladera blanca; de su mochila sacó unos bosquejos en papel, eran iguales, se notaban las imperfecciones, los acantilados, el bosque. La esperanza de poder encontrar a su Padre resurgió en él como un fueguito moribundo al que se le hecha un poco de kerosen.

La nieve era escasa, las hormiguitas de sus pies ya se habían dormido... o muerto... pero esto era algo menor, el deseo de encontrar a su Padre, a su creador, lo mantenía caminando; con sus bosquejos en la mano se guiaba hacia aquel lugar sagrado, recordaba cuando descubrió aquel mapa, era la primer persona que lo descubría, o por lo menos él lo creía así. Por fin llegó, era una roca plana, horizontal, con un pequeño cúmulo de piedra en el centro. Buscó en su mochila los apuntes que lo guiarían... se puso en la posición indicada y comenzó a balbucear aquellas estrofas... no pasó nada, aguardó unos minutos hasta que recuperó un poco el aliento y repitió las estrofas con más ímpetu... un rayo de luz traspasó las nubes e iluminó aquella roca.

- Padre –dijo poniéndose de rodillas y levantando sus brazos hacia el cielo en un gesto de devoción.
- Levántate hijo mío –le respondió una voz... no era la voz gruesa que esperaba oír, en nada se parecía aquella voz a las películas de Hollywood, esta voz era cálida, amable, milagrosa.
- Pero padre... debo estar de rodillas ante su majestuosidad –respondió él, dudando de levantarse.
- No hijo, por favor, acaso te gustaría que tus hijos tuvieran que arrodillarse ante ti?
- Pero Padre... debo estar de rodillas, Usted es superior.
- Si eres superior, no necesitas que se arrodillen, por favor hijo, levántate.
- Si Padre, lo que Usted desee –dijo levantándose y mirando hacia el cielo- Padre... hay tantas cosas...
- Lo sé hijo, pero antes tengo que decirte algo, en realidad no soy tu Padre, soy tu Madre.